El acompañamiento al duelo
Los duelos forman parte de nuestras vidas desde el inicio de nuestro nacimiento. Es parte de nuestra condición humana. Es imprescindible tomar consciencia de ello.
Dolerse es un estado natural de nuestro ser. Nos dolemos como mamíferos que somos. Nuestra parte límbica, nos recuerda de nuestro mundo emocional. Es así que ya con el nacimiento y el parto, se produce quizás una de nuestras primeras perdidas más importantes, y tiene que ver con ese lugar de simbiosis absoluta con nuestra madre, en ese estado acuático, calentito y que nos proviene de tanto para poder desarrollarnos en esta vida en la tierra. Ese casi paraíso, podríamos llamarlo que llega un momento del desarrollo que debemos dejar.
Y dejar es, en grandes trechos, soltar. Muchas veces no hay alternativa alguna que soltar, como las hojas de un árbol caducifolio en otoño. ¿Decide el árbol que debe soltar sus hojas? Un bebé que ha llegado a término y debe salir del interior de su mamá, por su bien y el de su madre. Hay estados y perdidas inevitables, que siguen su curso y no podemos hacer nada para evitarlo por mucho que queramos.

Utilizo esta metáfora para referirme también a los duelos, en tanto como la vida nos pone delante situaciones en que no podemos decidir si soltamos o no soltamos. Como si algo más grande llegara y nos forzara a un cambio, queramos o no. Vivir nos propone de algún modo irnos haciendo conscientes de lo que vamos dejando atrás y hacernos conscientes de la impermanencia y la finitud de las cosas, en ultima instancia, de nuestra propia vida. Un auténtico reto y desafío en los tiempos que estamos viviendo.
A menudo, por mucho que nos duela, tenemos que tomar decisiones que implican renuncias, por ejemplo en algunos aspectos de nuestra vida, como pueden ser las roturas de pareja, roturas con amigues, cambios laborales, mudanzas, etc. Todo este conjunto de pérdidas generan un impacto en nuestras vidas, que en el momento adecuado es preciso poder abordar. Compartir los duelos, hablar de ellos. Hagamos un acto reivindicativo, desde el amor, juntémonos y hablemos de nuestros duelos, dice Francis Weller.
Un espacio de escucha como es el de la terapia, nos puede ayudar a encontrar descanso en el camino. Buscar una figura de apoyo es muy importante en algunas circunstancias. Muchas veces no podemos hacer esta travesía solas/los, es así qué es vital recurrir a un/a profesional.
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